atravesando una nube

Mayo 2024

Miro al horizonte y descubro el hilo que junta el cielo con la tierra.

Miro mis manos y me doy cuenta que ese hilo está atado a mi muñeca izquierda, ha estado ahí siempre. 

¿Por qué estoy tan segura de ese “siempre”?

Intento tirar del hilo, pero entre más tensión pongo más extensa se percibe la distancia.

Me doy cuenta que no será fácil acercarme, así que lo contemplo, creyendo ingenuamente que podré descifrarlo.

Un hilo de fuego o de hielo según el ánimo. 

Un hilo de nube o de viento según la prisa.

Un hilo de raíz o de barro según el tiempo.

Hebras que juntan en el horizonte todas las vidas, las de ahora, las de antes, las de luego. ¿Cuál de todas estoy viviendo en este instante? 

Terca, intento de nuevo tirar del hilo. Se revuelven las vidas, se entretejen las raíces desconocidas, desaparecen los surcos y el aire se convierte en sonidos que acaparan todos los sentidos. Luego, solo queda la calma bañada en esporas llenas de memorias y luz que viajan y se desvanecen a través de la brisa.